Jugosa por dentro o con el huevo bien cuajado, sea como fuere que la prefieras, la tortilla de papas desata pasiones en Buenos Aires.
Este plato es un hito dentro del mapa gastronómico porteño. ¿Te animas a descubrir por qué? Nos lanzamos a la búsqueda en tres restaurantes que prometen elevar este clásico a la categoría de manjar.
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Tortilla de papas: manjar universal
Símbolo indiscutible de la cocina española, la tortilla de papas ha trascendido fronteras, echando raíces profundas en el paladar argentino. Su humilde receta, a base de huevos, papas y cebolla, encierra un universo de sabores que ha conquistado a generaciones. Si bien su cuna exacta sigue siendo tema de conversación, su omnipresencia en la escena gastronómica es innegable. En Buenos Aires, la tradición se fusiona con el ingenio local, dando como resultado propuestas irresistibles.

¿Dónde encontrar las mejores? Te guiamos por esos rincones donde la tortilla alcanza su máxima expresión.
Montañeses: En el corazón bohemio de Colegiales, una fachada que evoca castillos medievales del norte español captura las miradas curiosas de las personas que pasan por allí. Este pintoresco edificio guarda una historia que se remonta a 1923, cuando inmigrantes cántabros unieron fuerzas para fundar el Centro Montañés, un espacio de encuentro cultural y deportivo. Tres décadas atrás, entre sus paredes, nació Montañeses, un restaurante de barrio que atesora sabores de herencia. Su tortilla, de proporciones generosas, se ha ganado un lugar de privilegio entre las más deseadas de Buenos Aires.

Pero la propuesta de Montañeses va más allá del clásico huevo y papa. Para los paladares aventureros, ofrecen una sorprendente versión rellena de milanesa, una audaz fusión que ha conquistado a más de un comensal. Entre las infalibles, se destaca la que combina la cremosidad de la mozzarella con la elegancia del jamón crudo. La carta también despliega opciones para todos los gustos: jamón y queso, panceta y cheddar, o una original combinación de camarones y arvejas.
Como buen bodegón, también hay otros platos icónicos, entre ellos las milanesas y la paella.
Condarco: este bodegón del circuito gastronómico de Chacarita, ha sabido construir su identidad a partir de un plato sencillo pero sublime: la tortilla de papas. Lo que comenzó como una propuesta más en su menú, pronto escaló posiciones hasta convertirse en el estandarte de su cocina, un imán para los amantes de este clásico español en su versión más cuidada y artesanal.

La búsqueda de la textura perfecta los llevó a una combinación infalible: huevos orgánicos que aportan cremosidad y papas confitadas que se deshacen en la boca, todo ello realzado por una lactonesa de ajo que añade un toque contemporáneo. Si bien la tortilla es su estrella, Condarco ofrece un universo de sabores que se adapta a la temporada, con carnes, pescados y vegetales que reflejan una cocina de mercado con influencias diversas, siempre priorizando la frescura y la identidad del lugar.
Club Alvear: en el corazón de la Ciudad, el bodegón de un club se ganó el título de preparar la mejor tortilla de papas. En un ambiente que combina lo clásico y lo auténtico, este sitio invita a vecinos y turistas a probar una receta que sigue siendo un secreto bien guardado. Desde su textura perfecta hasta el punto exacto de cocción, cada bocado de Club Alvear rinde homenaje a la tradición porteña en un barrio que respira identidad y sabor.
La elaboración al momento es un sello distintivo: las papas en bastón se cocinan con esmero hasta alcanzar la ternura ideal, mientras que el corazón “babé” de la tortilla invita a disfrutar cada bocado. Puedes disfrutar la opción clásica, con o sin el toque de la cebolla, o pedir la versión enriquecida con jamón y queso que añade una dimensión extra de sabor. Su tamaño generoso la convierte en una elección perfecta para compartir y disfrutar en compañía.

Pero la propuesta del Alvear no se agota en su célebre tortilla. Su revuelto gramajo, aunque rebelde a la papa finita, conquista por su sabor, y su milanesa de nalga evoca la calidez de las comidas familiares. Un bodegón que transporta a sus visitantes a la esencia de la cocina casera porteña.